Sí, fui a Albania en coche con 2 colegas expresamente para conocer a un flautista. Ví este video por internet un día:
Me flipó tanto que empecé a preguntar por este hombre y su forma de tocar (toca kaval con técnica interdental, otro día haré un artículo, o muchos, sobre éstas técnicas, instrumentos, etc) así que me puse a intentar contactarlo. Escribiendo comentarios en el video en inglés primero, luego en albanés (con ayuda del traductor), investigando su grupo de folclore en Albania y escribiéndoles… tras una ardua investigación conseguí su número. Le llamé. Después de preguntarle decirle (en albanés, gracias a los conocimientos adquiridos con una app): «Buenos días, ¿habla usted inglés / francés / griego?» Me dijo, «Buenos días, no, no, sí.» Así que hablamos en griego y quedamos en vernos un día 16 de agosto en una dirección concreta en un boulevard en Vlöre, Albania. La conversación se produjo 3 ó 4 meses antes de la fecha acordada, y hasta el día del encuentro no volvimos a hablar. Llegamos y allí estaba el hombre.
Saludos, alegría, entrevistas, nos invitó a su casa. Yo esperaba que tuviera tropecientas flautas, pero sólo tenía 2. Hoy sólo tiene 1. La otra la tengo yo.
Gracias Alvarito y Sergio por acompañarme en la aventura y al señor Vendim Kapaj por recibirnos. Más adelante haré un artículo plenamente sobre la técnica y eso. Pero quería compartir esta historia (como ésta tengo muchas) pues esta es una de las fuerzas que más me mueve, el amor por la música y sus instrumentos, y sobre todo por las personas, los intérpretes, la gente que hay detrás, la buena gente que he conocido gracias a la música. Desde hace mucho me encanta la música de los Balcánes, de Grecia, de Turquía, Bulgaria, Rumanía,… tenemos un proyecto sobre ello.
Continuará.